Locaicacer

«El mundo tiene grises y, a veces, estar ubicado en los grises es estar ubicado en el sentido común», así esquivaba respondía Mariano Rajoy -el gris- cuando le preguntaban en Cadena SER sobre la posible modificación de la Ley Antitabaco que este señor, de puro en la boca y pies en la mesa, había sugerido anteriormente. No es una sorpresa para nadie que, en esta campaña electoral, Mariano Rajoy sea ambiguo, silencioso y previsible; ya nos tiene acostumbrados. Su ideología, o al menos la que presume ser su ideología, es la de «centro reformista» la del «sentido común», una ideología descafeinada, cobarde… desalentadora al fin y al cabo.

En el abanico de partidos y voces que encontramos en la campaña hay desde partidos valientes que proponen medidas concretas fieles a su ideología, como Izquierda Unida, Equo o Anticapitalistas, hasta partidos sin ideología, como UPyD, con el peligro que esto conlleva. En los partidos grandes, amigos de los mercados, el PSOE trata de volver a un mensaje socialdemócrata y de izquierdas que ellos mismos violaron durante la última legislatura y que, por tanto, carece de credibilidad y, por otro lado, el Partido Popular «el partido de centro reformista» cuyos brazos, sin embargo, se alargan hasta la extrema derecha, quiere alejarse de cualquier tipo de ideología para no asustar al electorado e intentar conseguir una más que probable mayoría absoluta que les de carta blanca durante los próximos cuatro años.

Su cacareada ideología del «sentido común» dicta, como no podría ser de otra manera, que cuando gobiernen tienen que «hacer lo-que-hay-que-hacer» y «hacer lo-que-hay-que-hacer» no quiere decir otra cosa que «hacer lo-que-hay-que-hacer». Lo dejó muy claro el Presidente de Baleares José Ramón Bauzà en un acto de campaña, para regocijo del público presente que ovacionó el despliegue de argumentos del popular.

Detrás hay un programa oculto, por estrategia o por ausencia, que apunta a unos recortes que oscilan entre el tijeretazo y el hachazo. Las claves de las cuentas de Rajoy las ha explicado meridianamente Ignacio Escolar en su blog y esas mismas cifras le han obligado a Mariano Rajoy, en una entrevista publicada hoy por El País, a declarar que su prioridad son las pensiones y que, a partir de ahí, recortará «en todo» llegando incluso a decir que «la dependencia no es viable», una cuestión gravísima que de afecta al Estado de Bienestar.

Cospedal vaticina huelgas y protestas cuando «Rajoy diga lo que hay que hacer» pero no le importa porque el Partido Popular históricamente no le da importancia a la voz de los ciudadanos en las calles, son numerosas las declaraciones de los populares contra el 15M, la última la senadora del PP por Ciudad Real, Carmen Fúnez, que asegura que «a los indignados no les gusta trabajar». Otro ejemplo es Esperanza Aguirre que lleva tiempo aplicando el principio del Ministro de Propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, de simplificar a sus enemigos en uno único: «los indignados, los socialistas, los de la ceja, los del 15M, los okupas…». Detrás de la ambigüedad y la confusión del discurso oficial encontramos un mensaje de radicalismo y descalificación que, aunque asoma, no veremos en todo su esplendor hasta el 21N cuando empecemos a disfrutar de lo votado.

Hasta entonces el Partido Popular y Mariano Rajoy, se ven tan vencedores que no necesitan convencer, así que no lo intentan. Sus recetas más repetidas en campaña son «apretarse el cinturón», «el sentido común» y «hacer-lo-que-hay-que hacer», eso sí, siempre «como Dios manda». Con estas premisas sólo ha sido necesario construir un discurso vacuo y refugiarse en los papeles, como hizo Rajoy en el debate, leyendo cual Borbón, para no meter la pata y revelar algo de «locaicacer».

1 comentario

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Una respuesta a “Locaicacer

  1. Anónimo

    Buen artículo. Se te ve el plumero, pero eso no es malo.

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